domingo, 16 de diciembre de 2007

Naica, Chihuahua. 33 años después.

Hoy envió el Gunds un mensaje a la lista PCM en el cual reseña un reciente viaje de Pris, su esposa, a Naica. Yo estuve en ese pueblo minero hace ya 33 años, cuando sstudiaba en la Facultad de Química de la UNAM. Lo que sigue es mi comentario al mensaje de Gunds.

Hola Gunds y Pris:

> Mi mujer anda en Chihuahua, en Naica, como muchos
> de ustedes saben, filmando un documental
> ficcionado sobre el pueblo, los mas de 100 años
> de existencia de esa mina, y sobre todo de las
> Cuevas de los cristales, una maravilla natural
> que por las condiciones extremas en que se
> encuentra (temperaturas muy altas, humedad del
> 100%) no pueden ni podrán ser abiertas al público.

Yo estuve trabajando en Naica, un poco antes de terminar mi carrera de
Ing. Químico Metalúrgico, durante un mes, en prácticas profesionales,
circa 1974.

Aun recuerdo mi llegada al pueblo, luego de varios minutos de ver a cada
lado de la carretera un inmenso valle con cientos (¿miles?) de caballos
pastando, corriendo, jugueteando, propiedad del ejército. Decía que no he
podido olvidar la entrada a Naica pues me recibió un fuerte olor a algo
conocido, intenso, penetrante: el orégano silvestre que abundaba en la
zona.

> Han sido dos semanas llenas de trabajo y con
> Hay fotos mas interesantes en la página oficial
> del proyecto, en www.naica.com.mx

Como parte de mis prácticas trabajé en la planta concentradora de plomo y cinc, en la superficie, pero tuve la oportunidad de acompañar a un ingeniero en minas durante media
jornada de trabajo. Me dieron botas, el uniforme reglamentario, la pesada
batería (totalmente cargada) y el casco con la clásica lámpara, la
cual ame/odié en poco tiempo.
La travesía, luego de bajar varias decenas de metros en un rudimentario
elevador, se dió en un terreno abrupto, lleno de piedras, rocas, montones
de mineral, en un terreno con subidas y bajadas, agotador. Después de una hora me di
cuenta de que el cuelo me dolía pues para ver a los lados, arriba o abajo,
uno debe girar la cabeza. En condiciones normales es suficiente mover un
poco los ojos, pero en la oscuridad de la mina eso no funciona.
Pasamos por zonas en donde goteaba agua fría del 'techo' del tunel. En
zonas en donde el oxígeno apenas alcanzaba para seguir la marcha, en
momentos mezclado con las emisiones de la maquinaría que usaba diesel.
Tres horas después de haber entrado estaba casi completamante mojado, de
sudor y de agua, con las botas húmedas, lleno de tierra y polvo oscuros
(por el plomo del mineral).
Mi guía, seguramente enterado de las condiciones en las que me encontraba,
me dijo que ya había cuantificado suficientes 'frentes' (zona de avanzada
en los túneles) y que podríamos regresar a la superficie para comer. Su
trabajo consistía en medir cuanto había 'tirado' los mineros para calcular
su paga.
Al sali amé el aire, el sol, el cielo. La superficie de nuestro planeta en
muy adecuada para la vida humana. La minas no lo son. Caí rendido en mi cama hasta que el hambre me obligó a ir al comedor.
Vi varias cuevas con cristales muy grandes (hasta un metro) pero no
recuerdo haber visto lo que muestras en las fotos que muestra el Gunds:

Gunds, por favor avísame de lo que debo hacer para ver esa producción.

> De pilón, aquí les val a foto de Pris con algunos
> de los actores caracterizados para representar a
> los mineros en los años alrededor de 1900. Las
> condiciones actuales de los mineros son mejores,
> pero aun así Pris una de las primeras cosas que
> me dijo cuando estuvo un par de días trabajando
> en Naica fue "no quiero que Juan sea minero.
> Nunca".

Me adhiero al deseo de Pris.

Por cierto, en Delicias y en Camargo, ciudades cercanas a Naica, conocí a
varias chicas MUY guapas que sufrían por la escasez de hombres en la zona.

Saludos.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Santana y Clapton

¡Que música tan chingona!


domingo, 2 de diciembre de 2007

Por amor, por amor, por amor

Me precio de ser un ateo irredento, sin embargo hoy leí el evangelio por teléfono.

Hoy en la mañana Lala, mi novia, y yo fuimos a almorzar pancita y migas en las cercanías del Mercado de Beethoven, en Peralvillo, y después a comprar algunos materiales para hacer algunos regalos que daremos por la Navidad.

Enter otras cosas compró cuatro velas que le hacía falta para su corona de Adviento.

-- ¿Corona de Adviento? ¿Qué es eso? -- le pregunté.

-- Es un arreglo hecho con ramas, el cual lleva cuatro velas, uno por cada uno de los cuatro domingos previos a la Navidad. Hoy debo prender la primera de las velas, y leer el Evangelio del día.

Compró cuatro hermosas velas de cera con apariencia metálica y ya no hablamos más del asunto.

Horas después se fue a Metepec, después de regalarme un fabuloso fin de semana.

Al llamarla en la noche le pedí que me contara que había hecho con la corona.

-- Pues Anita y yo pusimos las velas en la corona que tenía guardada de navidades pasadas, pero no pudimos leer el Evangelio debido a que no sabemos cual toca hoy.

Le dije que me podría conectar a internet (aprovechando que ya tengo Infinitum en casa) para investigar cual era el Evangelio del día.

En pocos segundos puedo encontrar lo que buscaba:

1er. Domingo de Adviento, Año A | Mateo 24:37-44 | Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre

Lo cual le leí a Lala por teléfono.

-- ¡Fabuloso! -- me dijo --- ¿Tienes también el Evangelio?

-- No, pero si quieres te lo busco, no tardaré nada.

-- ...

-- Listo, ya lo tengo.

-- ¿Lo podrías leer? Voy a poner el auricular para que Anita lo escuche también, espera.

Y así fue como, por primera vez en mi vida, leí en voz alta un evangelio para alguien más.

Eso no puso en duda mi ateismo y estoy seguro que a Lala y a Anita no les importó que un agnóstico, por teléfono y con apoyo de la red, les permitiera completar su ceremonia que ya huele a Navidad.

Lo hice por amor y con todo el respeto que me merece su catolicismo.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Don Goyo se excita en diciembre

De acuerdo a la Wikipedia:
El volcán, durante el tiempo Prehispánico, era una deidad azteca dedicándose un culto exclusivo a la entidad. Hoy día el culto sobrevive en forma minoritaria o simbólica; los guardianes del volcán son llamados temperos del volcán Popocatépetl, quienes se refieren a él como Don Goyo o Serafín, personificándolo en un indígena.

Hoy que inicia el mes de diciembre me (nos) saluda de este manera: