lunes, 24 de agosto de 2009

El cartero de Neruda

Hace una semana me quedé sin lecturas pendientes, así que decidí que ya era tiempo de visitar la pequeña librería de viejo (La Nave de Ulises) que había visto a unas cuantas cuadras de nuestra casa en Metepec.

Tuve suerte pues el surtido de novelas es muy bueno. Después de buscar un poco me decidí por dos de ellas: El Cartero de Neruda (Ardiente Paciencia) de Antonio Skármeta y Manhattan Transfer de John Dos Passos.

De Skármeta ya había leído La Velocidad del Amor, y me pareció bastante aceptable, sin parecerme una obra grandiosa.

"El Cartero de Neruda", la película, la vi hace más de diez años, y de ella guardo bellos recuerdos además de un disco con el soundtrack.

No, no reseñaré el libro. Sólamente me limitaré a recomendártelo sin reservas si te gusta la poesía, en particular la de Neruda. Lo que haré es, simplemente, transcribir algunos párrafos que me gustaron en especial, que muestran el humor y el tono de esa novela.

Beatriz, la muchacha que nuestro cartero enamora en la novela, tiene un diálogo con su madre acerca de las metáforas que le he dicho Mario, el personaje principal:

-- Mijita, no me cuente más. Estamos frente a un caso muy peligroso. Todos los hombres que primero tocan con la palabra, después llegan más lejos con las manos.

-- ¡Qué van a tener de malo las palabras! --dijo Beatriz abrazándose a la almohada.

-- No hay peor droga que el bla-bla. Hace sentir a una mesonera de pueblo como una princesa veneciana. Y después, cuando viene el momento de la verdad, la vuelta a la realidad, te das cuenta que las palabras son un cheque sin fondos. !Prefiero mil veces que un borracho te toque el culo en el bar, a que te digan que una sonrisa tuyas vuela más alto que una mariposa!

...

-- Yo se cuidarme.

-- ¡Qué va a saber cuidarse usted! Así como la estoy viendo acabaría con el roce de una uña. Y acuérdese que yo leía a Neruda mucho antes que usted. No sabré yo que cuando los hombres se calientan, hasta el hígado se les pone poético.

...

-- Neruda es una persona seria. !Va a ser presidente!

-- Tratándose de ir a la cama no hay ningúna diferencia entre un presidente, un cura o un poeta comunista. ¿Sabes quien escribió "amo el amor de los marinos que besan y se van, Dejan una promesa, no vuelven nunca más"?

-- ¡Neruda!

-- Claro, pu, Neruda! ¿Y te quedas tan chicha fresca?

-- ¡Mamá!

...

-- ¡Esto es ridículo! ¡Porque un hombre me dijo que la sonrisa me aleteaba en la cara como una mariposa, tengo que irme a Santiago!

-- ¡No seas pajarona! --reventó también a madre-- ¡Ahora tu sonrisa es una mariposa, pero mañana tus tetas van a ser dos palomas que quieren ser arrulladas, tus pezones van a ser dos jugosas frambuesas, tu lengua va a ser la tibia alfombra de los dioses, tu culo va a ser el velamen de un navío, y la cosa que ahora te humea entre las piernas va a ser el horno azabache donde se forja el erguido metal de la raza! ¡Buenas noches!


Más adelante, en una fiesta para celebrar el Premio Nobel de Literatura que se había entregado ese mismo día en Estocolmo a Neruda, Mario organiza una fiesta. Lo que más me llamó la atención fueron las bien seleccionadas piezas que intepretó el grupo musical que amenizó el convivio:

... El ensayo tuvo lugar en el tablado de la hostería, y todo el mundo supo de antemano, que para la noche se bailaría La vela, Poquita fe, por presion de la viuda, la cual se sentía más a tono con los temas calugas, y con el rubro zangoloteo de los inmortales Tiburón, tiburón, Cumbia de Macondo, Lo que pasa es que la banda está borracha y --menos por audaz cargosería del compañero Rodriguez que por distracción de Mario Jimenez-- No me digas que merluza no, Maripusa.

Ya casi al cerrar la novela Mario le pregunta a Neruda:

-- ¿Cómo se siente, don Pablo?

-- Moribundo, aparte de eso, nada grave.

No pude contener la curiosidad y busqué, con éxito, la canción que realmente se llama La Merluza, la cual resultó ser de Carlos Puebla:

La Merluza

No me digas que merluza no,
maricusa,
que yo sí como merluza.

Cómo me vas a decir
que la merluza no es buena
si la merluza me llena
la alegría de vivir.

Y si le da indigestión
a ese Mercurio famoso
le recomiendo al goloso
buen purgante y discreción.

Anda diciendo el bribón
con voz que viene de USA
que no es buena la merluza
pero él no tiene razón.

Y me dice el barrigón
que el pescado es moscovita
y está afilando el hachita
contra la revolución.

Tiene está definición
del caso de la merluza.
Más merluza, maricusa
para que rabie el patrón.

Carlos Puebla

Para los muy jóvenes que no hayan gozado de un sabroso baile al ritmo de Mike Laure y sus Cometas les dejo una muestra de lo que se han perdido: