jueves, 11 de septiembre de 2008

Olvido


Nunca es tarde para huir de una mujer que te olvida mientras está contigo. Yo sólo extraño la manera en que decía mi nombre mientras alcanzaba el clímax. De vez en cuando la recuerdo, pero sólo es eso: un recuerdo que pronto se volverá olvido. Y yo tengo suficientes motivos para no cortarme las venas: libros de poesía, noches de sueño, un puñado de amigos, las canciones de Duncan Dhu, madrugadas sin celos, un espejo que me dicta verdades, historias por contar, noches de ron y tabaco, amaneceres sin resaca, un libro por escribir y esta lucha de todo el tiempo para sentirme menos imperfecto o no tan vulnerable.

Manual para canallas. Roberto G. Castañeda

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