domingo, 10 de febrero de 2008

La máquina de los gitanos

En Cien años de soledad se cuenta que una nueva generación de gitanos llegó a Macondo con

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sus loros pintados de todos los colores que recitaban romanzas italianas, y las gallina que ponía un centenar de huevos de oro al son de la pandereta, y el mono amaestrado que adivinaba el pensamiento, y la máquina múltiple que servía al mismo tiempo para pegar botones y bajar la fiebre, y el aparato para olvidar los malos recuerdos, y el emplasto para perder el tiempo, y un millar de invenciones más, tan ingeniosas e insólitas, que José Arcadio Buendía hubiera querido inventar la máquina de la memoria para poder acordarse de todas. En un instante tranformaron la aldea. Los habitantes de Macondo se encontraron de pronto perdidos en sus propias calles, aturdidos por la feria multitudinaria.
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y yo me pregunto:
¿no será que lo que aquellos gitanos llevaban a ese pueblo escondido en la selva era simple y llanamente una conexión a la internet?

1 comentario:

Armida Leticia dijo...

Hola, de visita nuevamente por tu blog.
Recuerdo que allá por los años 70's, estudiaba yo en la Vocacional No.2, cuando un compañero me hablo entusiasmado de "100 años de Soledad"; a varios compañeros y a mi nos contó casi toda la novela. Además en ese entonces conocí la canción que cantaba Oscar Chávez:

Los cien años de Macondo suenan,
suenan en el aire,
y los años de Gabriel Trompetas,
trompetas lo anuncian...

Saludos.