viernes, 12 de octubre de 2007

Una noche muy larga

La noche de anoche tuve que trabajar hasta la madrugada.

En un momento dado me sentí abatido, cansado, desesperado. Pensé que ser programador de sistemas es algo terrible, que deberían usarlo como un trabajo para castigar a los peores delincuentes. En mi deseperación me puse a escribir lo que sigue en Twitter:

En ocasiones como esta deseo ser taquero o cuidacoches o padrote, alguna profesión normal

O buzo de aguas negras o aguador del Atlante o inspector de medidores de agua o poeta maldito

O jimador en Tequila o sonero en La Huasteca o tu amor eterno o bombero en Irak o lanchero en San Blas o taxista en Oaxtepec

O pedicuro en Miami o santero en La Habana o pescador en Hawaii o brujo en Madagascar o huesero en La Lagunilla o mesero en Pisa

O un trovador en tu ventana o un vampiro en tu garganta o tu lechero preferido o el dueño de tus ojos o el agua que quite tu sed de amor

Pero estoy seguro que al despertar, al estar mi cerebro bien oxigenado y fresco voy a seguir agradeciendo a la vida que el tener esta desviación técnico-profesional; y a Lala por aparecer en mis malos ratos para dotarlos de un poco de su ternura, aun en su profundo sueño en el Condado de Metepec.

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