sábado, 10 de enero de 2009

Tokio Blues: Eros y Tanatos al estilo japonés

Norwegian Wood
And when I awoke, I was alone, this bird had flown
So I lit a fire, isn't it good, norwegian wood.
The Beatles

Norwegian Wood (Bosque Noruego) es el subtítulo del bestseller de Haruki Murakami "Tokio Blues" que tiene como hilos conductores el sexo y la muerte, la eterna lucha entre Eros Y Tanatos.

Para Bataille la sexualidad y la muerte no serían más que momentos agudos de una fiesta que la naturaleza celebra y ambas tienen el sentido del despilfarro ilimitado en contra del deseo de durar que es lo propio de cada ser y afirma que el sentido último del erotismo es la muerte (Bataille, G: El erotismo. Tusquets Editores, Barcelona, 1979, vía http://www.sexovida.com/arte/sexoymuerte.htm)

Watanaba, el personaje central de la novela, nos relata una etapa de su vida en que pasa de la adolescencia a la madurez (o casi). La época no podría ser mejor: los turbulentos 60s. La música de fondo inmejorable: Los Beatles, Dylan, Mozart y muchos más.

Sexo por montones: dulce, insatisfecho, oral, amistoso, conflictivo, culposo, masturbatorio. Siempre en el centro del conflicto de las relaciones humanas, ya se trate de amigos, novios, amantes ocasionales o la autosatisfacción. Siempre como el gran liberador, muy al estilo freudiano.

La muerte aparece en varios momentos. Pone el componente trágico en la novela, aunque le da sentido a la vida, a la amistad y al amor. A veces se convierte en la gran solución de los conflictos.

Una novela habitada por un sinnúmero de historias divertidas, deprimentes, absurdas, juveniles, pero siempre entretenidas. Se ha llegado a decir que la lectura de este libro es adictiva. No es para tanto, pero es claro que el oficio del autor para mantener el interés del lector es inmejorable, por algo tiene varios éxitos de librería.

Un botón como ejemplo. Watanabe y su amiga Midori observaban un vetusto edificio, la antigua escuela de ella, de cuyo jardín sale una columna de humo blanco.


...
-Watanabe, ¿sabes qué es este humo? -me preguntó Midori.
Le respondí que no
-Compresas quemadas.
-¿Ah, sí? -repuse. No se me ocurrió otra cosa que decir.
-Compresas, tampones -dijo Midori sonriendo-. Todo eso se tira al cubo de la basura de los lavabos. Piensa que esta es una escuela de niñas. El viejo conserje lo recoge de los cubos y lo quema en el incinerador. De ahí el humo.
-Da una sensación de amenaza... -comenté.
-Si, eso es lo que yo pensaba cada vez que lo veía a través de las ventanas de la clase: "¡Qué amenazador!". Entre todos los cursos, en la escuela habrá unas mil niñas. Restando las que aún no menstrúan, quedarán una novecientas. De éstas, una de cada cinco tiene la regla a la vez, lo que representa unas ciento ochenta niñas. Es decir que, en un día, se tiran al cubo de la basura compresas usadas por esas ciento ochenta niñas.
-No sé cuánto será exactamente.
-Una cantidad considerable. Las compresas de ciento ochenta chicas. ¿Qué debe de sentirse al ir recogiendo y quemando todo eso?
-No tengo la menor idea -dije.
¿Cómo iba a saberlo yo? Ambos permanecimos unos instantes contemplando el humo blanco.
...


¿Insulso, vulgar? Tal vez, pero divertido.

¿Debe leerlo todo mundo? Si, aunque al final no se convierta en un clásico, creo que su lectura les dejará varias lecciones: una gran cantidad de música por escuchar, varios títulos de libros que hay que leer (Watanabe es estudiante de literatura) y muchos platillos que probar. Si le dedicaste tiempo a Harry Potter, Murakami se merece tu atención.

Por otro lado, la traductora hace un trabajo excelente al poner en los pies de página la descripción de la variada comida japonesa que se menciona en la obra, lo cual posibilita el ir al fabuloso restaurante Tokio en la Zona Rosa y recrear el ambiente de algunos momentos de la novela.


Tokio blues. Norwegian Wood
Murakami, Haruki
España (01/06/2005)
ISBN: 84-8310-307-9
392 pág

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hola!

Creo que estaba esperando este post desde que twitteaste que comenzarías a leer "Tokio Blues".

A mi parecer se trata de un mal libro de un pésimo autor. La historia es insulsa y falta de caracter, pero lo que realmente me resultó irritante es el modelo narrativo del autor.

Sin duda alguna Murakami es uno de los autores "más sobrevaluados" de los últimos años. Entiendo que pertenece a una generación altamente influida por los medios masivos de comunicación y que ello es un factor en el modo de interpretar e imaginar el mundo. Pero al momento de escribir parece que de antemano prepara sus novelas para que sean objeto de una adaptación cinematográfica. Uno puede imaginar a los actores que harán casting, el soundrack, casi casi al director que el autor tiene en mente.

Murakami no es el único escritor que adolece de este síndrome. Sí, y lo recalco, que ADOLECE. A mi parecer la literatura es un género que se presta para la introspección y escrutinio de la trama que se plantea. Su valor reside en que nos transporta a escenarios y situaciones hipotéticas que transformarán nuestro modo de ser y reaccionar ante el mundo. Murakami no lo logra ni de lejos. Sus historias son para sentarte y observar, para imaginar no conceptualmente, sino como un espectador finito.

Finalmente solo quisiera aclarar que no condeno su lectura. Esto es lo que opino acerca del autor y su obra, pero sin duda habrán otras personas que de menos puedan pasar un buen rato a través de alguna de sus novelas.

Saludos :)