lunes, 30 de julio de 2007

Dos en San Gil, Qro., Dos

Pasé tres fabulosos días en el Hotel Misión San Gil y en el Fraccionamiento y Club de Golf San Gil. Como siempre, la gente hace hasta lo imposible por aparecer en mi blog. En esta ocasión Lala, mi novia, y Anita, su rubia hija de nueve años, lo lograron. Ya verán que realmente hicieron los méritos suficientes.

Anita tenía sed

Después de varios días nublados, por fin el sábado hubo sol y se presentó la oportunidad para dejar el Fraccionamiento San Gil e ir al Hotel del mismo nombre -- a menos de 2 Km de distancia--, en donde la familia de Mary, hermana de Lala, puede hacer uso de la alberca. Puesto que yo me hospedé en el hotel yo ya tenía esa prerrogativa, pero la idea era ir en grupo. En un momento dado estuvimos trece personas en las alberca o a la sombra de los árboles que la rodean platicando, cuidando niños, bebiendo micheladas y refrescos o consumiendo papas a la francesa, jícama con zanahoria, hotdogs y hamburguesas.

Ya cerca de la hora de la comida Anita estaba en el chapoteadero jugando con su sobrina Sofía -- Sofita para los cuates, para distinguirla de su madre que se llama, desde luego, Sofía . Yo me encontraba es ese momento cerca de la orilla de la alberca, platicando con Fernando, uno de los anfitriones, acerca de sus exitosos negocios.
De repente un señor dirigió una pregunta hacia la alberca, con fuerte voz:

-- ¿Alguien quiere algo de tomar?

De inmediato Anita, que estaba de espaldas al señor, contestó muy animada:

-- ¡Yo quiero un refresco!

Volteó y se dió cuenta de su error: quien había preguntado no era yo sino un total desconocido. Anita me miró, apenada, pero ya era tarde.

El señor se portó de manera muy amable y le preguntó a Anita, que que refresco quería; y ahora los apenados fuimos Fernando y yo quienes contestamos al señor que no era necesario que le comprara nada a Anita, que nosotros lo haríamos.

Anita sospecho que esta anécdota aparecería en este blog, y por más que me rogó, amenazó e imploró, nunca pudo hacer que desistiera de mi intento de hacerla famosa, desde luego con la participación involuntaria de ella.

El cenicero de Lala

Lalá me llevó al Hotel Misión San Gil a registrarme. Mientras esperábamos a que me asignaran una habitación ella sacó un cigarrillo y empezó a fumar. Casi de manera inmediata se acercó una persona con el uniforme azul del hotel y colocó un cenicero en el mostrador.

Una vez que me registré caminamos hacia la oficina de reservaciones pues Lala tenía que tramitar el descuento para una de sus hijas que llegaba al día siguiente. De repenté se percató de que había dejado el cenicero en el mostrador, regresó por él pero ya el empleado de uniforme azul se lo había entregado a otra persona que vestía del mismo color. Lala avanzó hacia ellos, pensando que ambos laboraban para el hotel. Casi arrebató el cenicero de las manos de la segunda persona diciendo con una sonrisa:

-- Este es mi cenicero.

y se alejó, de ellos, hacia donde yo la miraba sin entender su proceder.

El empleado del hotel se quedó sin palabras, el cliente del hotel no daba crédito de la desfachatez de Lala.

Lalá entendió lo que pasaba al ver mi cara. Volteó hacia la pareja despojada y se disculpó:

-- Perdón, pensé que los dos trabajaban en el hotel.

Ambos nos apresuramos hacia la oficina de reservaciones, con el botín en nuestro poder: un cenicero de vidrio, usado, del Hotel Misión San Gil.

jueves, 26 de julio de 2007

Subespecies: El tubo es su vida

Etología

Entendida como el estudio biológico del origen y evolución de la conducta animal en su ambiente natural; connota aspectos fisiológicos, ecológicos y comparativos. Este estudio implica una metodología observacional y en consecuencia, tiene mucho de ciencia interdisciplinar en la que interactúan la biología, la zoología, la psicología animal, la antropología, la primatología, la ecología, la neurobiología, la genética y por supuesto la teoría de la evolución. Favoreciendo de esta manera una perspectiva holística que incluya al hombre y los animales como partes integrantes de un mismo continuum.

Uno de los principios fundamentales de la etología es que la conducta, al igual que cualquier otra característica de los seres vivos, es el fruto de la evolución y ha sido por tanto modificada por la selección natural.

Bajo esos principios inicio mis observaciones sobre algunas subespecies que habitan en la zona metropolitana de la Ciudad de México.

Amantes del tubo

Los miembros de esta subespecie se encuentran normalmente en los vagones del metro. Su habitat específico está constituído fundamentamente por dos áreas:
  • Las agarraderas que se encuentran en las proximidades de las puertas de acceso a los vagones y
  • Los tubos verticales dispuestos en los pasillos de los vagones.
Su característica principal es su tendencia a aferrarse a las agarraderas y tubos como si en ello les fuera la vida, con lo cual ocasionan varios cambios en la ecología de su habitat. Los adminículos de sujección que se encuentran en el sistema de transporte colectivo fueron diseñados para que muchas personas hicieran uso de ellos al mismo tiempo. Sin embargo, la subespecie bajo estudio acapara su uso al abrazarse a ellos, evitando que otros gocen de este servicio.
Es probable que esta subespecie tenga cancelada la capacidad de pensar en los demás, de compartir el habitat con sus congéneres y otras especies y subespecies que hacen uso del Metro.
Algunos estudiosos proponen que en cada tren exista un vagón de reentrenamiento que sólo cuente con una cantidad limitada de tubos verticales, sin asientos o tubos horizontales. Un veterinario entrenado se encargaría de recorrer los vagones normales y de llevar a los especímenes que detecte al vagón de reentrenamiento.
En este vagón existiría sólo un tubo por cada 20 especímenes, el cual, además, emitiría una descarga eléctrica de 60 Volts cada 30 segundos si los sensores detectan que el área de contacto por especimen es superior al 20% del área promedio de una palma de la mano. Los expertos suponen que hasta un 33% de esta subespecie podría cambiar su comportaniento anómalo.
Algunos investigadores ortodoxos han exigido que esta tecnología (los sensores y la descarga eléctrica) sea implementada de inmediato en todos los vagones pues consideran onerosa la intentiva de rehabilitar a los miembros de esta subespecie. La propuesta ha llegado incluso al escritorio de Marcelo, quien la ha archivado en espera de un mejor momento político.
Se han reportado casos en que estos individuos pueden dejar de abrazar el tubo o la agarradera si al menos tres pasajeros los ven a los ojos por más de 73.5 segundos, pero los datos de este estudio no muestran diferencias significativas, y se argumenta además que el IQ de esta subespecie no da para tanto.

miércoles, 25 de julio de 2007

Popotla en los 40s

Popotla en los 40s

La colonia Popotla era en los 40s una bella zona de la clase media en ascenso. Muy próxima al centro de la Ciudad de México y a la mitad del viaje entre el Zócalo y Azcapotzalco.

El actor de moda era Gary Cooper, la moda dictaba que la falda debía ir abajo de la rodilla. La escasez de los productos del petróleo por la Segunda Guerra Mundial provocaba que las hermosas piernas de las damas mostraran una línea en las pantorrillas para simular la costura de las medias de nylon. Era común que las niñas de Popotla compraran, en las tiendas departamentales cercanas al Zócalo, algunos patrones para cortar y coserse modelitos de moda en Nueva York y París. o al menos eso decía la publicidad.

Una tarde, un ramillete de bellas damitas estaba reunida en una casona en una calle cercana a la Calzada México-Tacuba, en el corazón de Popotla. Charlaban, reían, tomaban te y galletitas. Todas ellas muy bellas a pesar del poco maquillaje que llevaban: otro de los productos que la guerra había puesto lejos del alcance de los bolsillos de las mujeres.

De repente un fuerte olor, desagradable y respulsivo, llenó el ambiente. Alguna de ellas había perdido el control de sus emisiones. Los frijoles del día anterior o la gordita de haba que ese día había desayunado en el mercado de Tacuba estaban haciendo de las suyas.

Ninguna decía nada. Sólo se miraban unas a otras, apenadas. Una de ellas, empezó a sudar, nerviosa. Sacó de entre su manga un elegante pañuelo bordado, con tanta celeridad que se le desprendió y cayó al suelo. Se levantó del sofá se inclinó para tomar la bella prenda y se disculpó:

-- Perdón, es que se me cayó el pedo.


Esta anécdota me la platicó ayer mi querida amiga y poeta Esther. Gracias.

lunes, 16 de julio de 2007

Diez mil visitas

Estoy feliz y sorprendido. En un poco más de siete meses he llegado a las 10,000 (diez mil) visitas.

Nunca pensé que sería tan rápido.

He recibido comentarios, pocos, de gente que no conozco y de gente que conozco, pero que no sabía que me leía (bueno, al menos una vez :-) ).

Gracias a todos.

Escribir este blog ha sido muy gratificante y divertido, espero que a ustedes les siga gustando.

Este fue el primer mensaje de esta historia.


jueves 23 de noviembre de 2006

Espero que la tercera sea la vencida

Esta vez apuesto por Blogger.

Tengo varias cosas que escribir, el momento lo exige.

Veremos si deveras soy capaz de no autocensurarme (tanto).

Ya veremos.

Dos pequehistorias dos

¡Ah los niños! Son frescos, ingenuos y sin las limitantes que los adultos solemos tener para dejar volar a la imaginación. Estas dos historias son reales. No pongo los nombres de los personajes reales, no por protegerlos sino por mi pésima memoria.

Historia Galáctica


-- Y cuando estábamos a punto de escapar de los extraterrestres nuestra nave fue atraída por un agujero negro y ...
-- Oye manito --dijo Janet -- ¿no podríamos jugar a que mejor era un agujero color de rosa?


Hechizada


Sofía, una bella rubia de 3 años, bajó las escaleras con cara de berrinche. Encontró a su encantadora abuela en la cocina y acusó a su compañera de juego:
-- Mamá grande -- le dijo con un gran puchero en la cara --, Anita me hechizó y me convirtió en sapo.

viernes, 13 de julio de 2007

Mi guitarra

El miércoles me compré una guitarra. En la explanada del metro Observatorio. La señora que me la vendió en $480 me aseguró que es de Paracho, la guitarra, aunque ella también debe serlo.

Hoy estuve buscando en la red tablaturas o acordes para guitarra de canciones populares (Manzanero, Elefante, John Lennon, etc.).

Llevo dos días practicando. Hace años que no la tocaba (a la guitarra). Ya me duelen los dedos.

Alguna vez les platicaré del grupo en que estuve y con el cual dábamos serenatas en los 70s.

Voy lento.

Tengo una guitarra. Tengo sueño. Son las 12:44.

Debo dormir.

Cuando toco guitarra y tengo sueño escribo como estúpido. Pero no me importa. Soy feliz por tener una guitarra acústica de Paracho.

De iPods y Diós

Ya les he platicado de la lista de discusión llamada PCM, en la cual se generan algunas perlas, como esta:

No es buena idea usar el iPod en una tormenta eléctrica:

http://content.nejm.org/cgi/content/full/357/2/198?query=TOC

The patient had second-degree burns on his chest and left leg. In addition,
two linear burns extended along his anterior chest and neck to the sides of
his face, terminating in substantial burns in the external auditory meatus
bilaterally, corresponding to the positions of his earphones at the time of
the lightning strike. Both of his tympanic membranes were ruptured, and he
had a severe conductive hearing deficit. He also had a mandibular fracture.

Ugh!!!

--
Saludos.
Adrián.

Y la respuesta de Susana

Adrian Galindo:

> No es buena idea usar el iPod en una tormenta eléctrica:

Nah, el problema no es ése. Es que la iPod en realidad funciona como
convertidor y transmisor de los impulsos eléctricos que van del
cerebro al exterior vía la cóclea y los huesecillos (que lo
convierten en señal mecánica) y los conductos auditivos.

Lo que no te están diciendo en el artículo es que este tipo iba con su novia y le acababa de decir: "Que me parta un rayo si te he estado engañando", y Dios lo escuchó a través de la iPod.

Moraleja: no uses tu iPod si no quieres que Dios te oiga.

simplemente Susana.

jueves, 5 de julio de 2007

Bichito 006

Una vida perfecta sería aburrida Bichito. Nuestra plática de ayer --ríspida, difícil, con nuestros corazones y miedos en la mano-- no es más que una muestra de que ya no nos cocinamos al primer hervor.
Sin embargo, llevamos mucho vuelo. Dejemos que siga corriendo el agua por abajo del puente de nuestra relación.

Sigamos codo a codo como recomienda Benedetti y alimentemos nuestro amor con las migajas que aquel cabrón, tu Diós (con mayúsculas para que no te estremezcas al leer su nombre), deja caer de vez en cuando en este terruño que estamos fabricando: nuestras sesiones de besos, tu sonrisa abierta y encantadora, nuestras tardes de pan y vino, nuestras lecturas, el amor que a veces no cabe en nuestra cama.

Bichito, reitero mi intención de hacerte feliz o desfallecer en el intento.

domingo, 1 de julio de 2007

Eutanasia

De un mensaje que envió Toño Galicia a PCM:

Aunque a veces no nos agrade hablar de ciertos temas, creo que siempre
es bueno tocarlos en algún momento de la vida.

Anoche mi mujer y yo estábamos sentados en la sala hablando de las
muchas cosas de la vida. Estábamos hablando de la idea de vivir o morir.

Le dije: 'Nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de
máquinas y líquidos de una botella, si me ves en ese estado, por favor
desenchufa los artefactos que me mantienen vivo... ¡prefiero morir!"

Entonces, ella se levantó con una cara de admiración....

¡¡¡ Y desenchufó el televisor, la computadora, el ipod y me botó la
cerveza!!

Puta ... casi me muero