martes, 20 de marzo de 2007

Las Habas

Este cuentito, poemilla o haiku vió la luz en un restaurante de San Pedro Atocpan, entre platos con mole y uno, muy importante, cuya ecología incluía coliflor en escabeche, nopalitos y habas cocidas.

La semilla del texto la sembró Anita, una niña rubia de 9 años, hija de Lala. A partir de allí y entre risas, cocinamos esta obrita de arte:

Las Habas


Las habas siempre me reciben con una amplia sonrisa
Creen que acaban de hacer una nueva amiga
Pero no saben, las muy ingenuas,
que están a punto de ser devoradas por mi

1 comentario:

Anónimo dijo...

Juar, juar, juar, ¡muy bueno!
Estoy a punto de creer que siempre las semillas de todo lo interesante, bueno, útil, la siembran los niños.

Te felicito, amigo Roberto. Al parecer, tu última reconstrucción tiene mucho sentido y ya venciste al cataclismo.