miércoles, 28 de mayo de 2008

Pedazos de alma. Parte 2.

Llegué a casa a las nueve de la noche. Tuve un día muy pesado, la red estuvo fallando y un estúpido bug (¿hay de otra clase?) nos hizo perder más de dos horas.

Prendí a la Macuarra, levanté el navegador, me conecté a Google y teclee 'Benedetti ladrillos'.

Inmediatamente aparecieron varias referencias, fue más fácil de lo que pensé. Di click en la primera de ellas y empecé a leer:

Mario Benedetti
(Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó,
Uruguay, 14 de septiembre del 1920)

La casa y el ladrillo
(1976-1977)


a los que
adentro y afuera
viven y se desviven
mueren y se desmueren

LA CASA Y EL LADRILLO

Me parezco al que llevaba el ladrillo consigo
para mostrar al mundo cómo era su casa.
Bertolt Brecht

Cuando me confiscaron la palabra
y me quitaron hasta el horizonte
cuando salí silvando despacito
y hasta hice bromas con el funcionario
de emigración o desintegración
y hubo el adiós de siempre con la mano
a la familia firme en la baranda
a los amigos que sobrevivían
y un motor el derecho tosió fuerte
y movió la azafata sus pestañas
como diciendo a vos yo te conozco
yo tenía estudiada una teoría
del exilio mis pozos del exilio
pero el cursillo no sirvió de nada
...

Había algunas pistas:

Benedetti es uruguayo. Realmente tiene cinco nombres, a la usanza italiana: Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia.

¿Será ella uruguaya? Tal vez.

¿Hamlet, Hardy? Shakespeare y uno de los del Gordo y el Flaco. ¿Será actriz? ¿Escritora?

La cita de Bertold Brecht me llamó la atención ¿será esa la pista?

El poema habla de un exiliado. ¿La habrán exiliado a ella por grilla, por comunista? ¿O por no comunista? ¿Cubana?

No entendía nada.

¿Qué tenía que ver su cicatriz con ella, con su mundo?

¿Qué puede decir una pequeña huella en la epidermis sobre la vida de un ser humano?

Una vida no puede resumirse en una cicatriz, a menos que...

¡Claro! ¡Esa cicatriz!

¡Me está mostrando una cicatriz, para que vea como es su alma! ¡Es una referencia a Bretch, en el poema de Benedetti!

Calma, creo que lo tengo. Me muestra el ladrillo (su cicatriz) para deduzca como es su casa (su vida, su alma, su psique).

Una cicatriz es el resto, la huella de un sufrimiento o herida anterior. Ella ha sufrido mucho.

Ella es aficionada a la lectura, le gusta la poesía, le gustan los juegos de misterio. Todo concuerda, la manera en que me contactó fue misteriosa, su foto es un mapa a descifrar.

Ya siento que la amo. No eso es una exageración, más bien ya deseo conocerla. Ya quiero que me envíe la siguiente pista, el siguiente reto para desentrañar su personalidad.

¿Se conectará esta noche, esta madrugada?

Dormiré un rato, me conectaré al mensajero a la media noche.

II
Pendejo. Deveras que soy un pendejo, hubiera puesto el despertador. Me desperté casi a las dos de la mañana. Pensé que pedazosdealma ya se habría conectado y habría salido. Pendejo.

No paraba de autoflagelarme mientras prendía la Mac. Entré al chat y la busqué. No estaba conectada ¿Debería esperarla? La noche anterior había entrado a las tres, todavía faltaban cuarenta minutos para esa hora.

Finalmente apareció, casi a las tres. La saludé:
-- Hola pedazosdealma, ¿cómo estás?
-- Hola, muy bien. ¿pues que no duermes?
-- Si, pero te estoy esperando. Ya leí el poema de Benedetti y creo que comprendí tu mensaje.
-- ¿Mensaje, cuál mensaje?
-- No te hagas buey, lo de la piedra y el ladrillo. Es una forma de decirme por medio de la foto de la cicatriz que tu has sufrido mucho.
-- jajaja, ¿yo sufrir?, jajaja
-- OK, entonces explícame lo que quisiste decir.
-- Nada, simplemente te envié la única foto que te puedo enviar.
-- No mames, envíame una de tu cara, o una de cuerpo completo, ¡te quiero conocer!
-- ¿Y una foto de cuerpo completo te va a decir mucho de mi? Cuando mucho verás que tan caderona y chichona estoy, pero no más que eso.
-- OK, pero tendré una mejor idea de ti. Al ir chateando te conoceré cada día mejor.
-- ¿Y para que me quieres conocer mejor? La idea es intercambiar mensajes por este medio, nada más.
-- No, debo conocerte en persona, algún día.
-- No, eso no sucederá.
-- Está bien, espero convencerte en el futuro, cuando veas que vale la pena conocerme.
-- Que modesto eres buey.
-- No es modestia, es solamente la seguridad de que seremos grandes amigos.
-- jajaja, no cedes fácilmente.
-- Por favor envíame una foto tuya, no un pedazo de ti.
-- OK, en un minuto te la mando.

Lo hizo, me la envió e inmediatemente se deconectó.

La foto me desconcertó. ¿Es una nueva vista? ¿Estoy tratando con un desquiciada? Mañana, con la cabeza fresca trataré de entender que está pasando. Este juego me está empezando a cansar.

Esta es la foto.

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